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Capadocia

  • Foto del escritor: Natalia Hermoso Martínez
    Natalia Hermoso Martínez
  • 8 oct 2018
  • 7 Min. de lectura

Buenas de nuevo amigos!!

En el anterior blog viajamos a Estambul, la ciudad más poblada de Turquía con más de 14 millones de habitantes. Esta vez y sin salirnos del país, nos cogemos un avión y viajamos hasta el aeropuerto de Nevşehir. Allí nos recogió la guía turística y el conductor que nos acompañarían durante tres días por los sitios más llamativos de la Capadocia.

La Capadocia es un nombre extinto aunque los turistas seguimos usándolo para denominar una de las regiones más antiguas del interior de la Anatolia. Esta región está dentro de un triángulo formado por Nevşehir, Ürgüp y Avanos.

Según nuestra guía, la ciudad de Nevşehir no es turística. Es una ciudad de tradición religiosa firme, por lo que no encontrarás por ejemplo pubs o bares ya que el alcohol lo tienen prohibido. Esto hace que no tengan zonas para salir y pocos hoteles. Además al parecer no tenía nada importante a visitar. Así que nos desplazamos hasta Ürgüp donde estaríamos en el Hotel Perissia durante tres días.

Lo primero que hicimos fue visitar las "Tres bellezas de Ürgüp". Este fue el entrante que nos avecinaba la famosa belleza exótica de Capadocia.

Las tres bellezas, son tres chimeneas que se formaron por erosión, rematadas por una piedra. Esto hace parecer que sean un padre, una madre y un hijo. Estas extrañas formaciones servían a los lugareños de siglos atrás para hacerse sus casas, por lo que es fácil encontrar alguna puerta y alguna ventana incrustadas en estas piedras. Este paisaje volcánico se ha formado así debido a las condiciones extremas de nieve, lluvia, aire, frío y calor.

Después de esto, nos dirigimos al pueblo de Ortahisar donde veríamos cómo hacían uso de la piedra para crear viviendas. Actualmente siguen pudiendo utilizar estos edificios, a diferencia de otros lugares que debido a desastres naturales tuvieron que abandonar por precaución.

La vida en estos pequeños pueblos y según nuestra guía, es muy simple para el hombre, desayuna, va al bar con el resto de hombres, come, vuelve al bar con los amigos y vuelve a casa a cenar. En cambio las mujeres se encargan de todo el trabajo del hogar así como de la realización de manualidades que les den de comer, alfombras, cerámica...

Después de ver este pequeño pueblo desde una cima de una montaña, nos dirigimos al Museo al aire libre de Göreme. Aquí podréis ver la máxima expresión y significado de la región de Capadocia. Su historia surge tras la persecución de los cristianos entre los siglos I y IV. La gente que se adentraba en la cristiandad y eran perseguidos en Israel, tuvieron que huir de la región de origen de Cristo. Una de las vías más fáciles y seguras era la ruta por el norte hacia Turquía. Descubrieron así una región montañosa cuya piedra era fácil de escavar. Así fue como se hicieron hombres de cuevas. Vivieron escondidos hasta el Edicto de Milán donde el emperador Constantino dio libertad de culto. Así fue como empezaron a convivir Cristianos y Musulmanes en la región sin problemas. Los Ortodoxos de origen griego decidieron volver a Grecia a partir del 1923, el mismo año que se formó el país Turco tal y como lo conocemos hoy.

En este Museo se puede ver cómo era su vida de supervivencia y devoción. Sus casas eran pequeñas y simples pero a pesar de ello siempre debían tener una habitación a modo de capilla.

Así es como cada familia tenia su propia iglesia, fuera de forma humilde o algo más elaborada. Su nivel económico y cultural, así como la época en la que vivieron, se veía reflejada en los frescos de sus iglesias.

Las iglesias no os las puedo mostrar ya que está prohibido hacer fotografías. Quieren que los frescos se sigan manteniendo originales a través de los siglos. De todas formas os dejo una pequeña muestra que se puede ver al exterior y si pinchas aquí podrás ver alguna foto interior que aparece en una web.

A parte de rezar, una de sus aficiones era la cría de palomas. Es por esto por lo que se pueden ver muescas en la roca donde se posaban estas palomas.

Algunos pensaréis cómo se podían esconder los Cristianos si claramente se ven los huecos de las cuevas. La razón es que cuando las tropas pasaban por la zona, desde lo alto de las cimas sólo veían montañas y montañas, por lo que no se acercaban a las zonas pobladas.

Junto al Museo y a pocos metros, hay una iglesia llamada Tokali que gracias a restauraciones constantes, se conservan muy bien sus pinturas. Ahí podéis ver cómo las veían en la antigüedad.

Tras estas visitas, fuimos a comer a un sitio de Göreme llamado Sedef Restaurant. Los restaurantes los tienen bien fichados los guías así que te llevarán en plan BBB (Bueno, bonito y barato), así como te harán recomendaciones sobre platos.

Tras llenarnos la tripa con sus especiados sabores, continuamos nuestro camino yendo hacia un punto de una meseta llamado O Ağacın Altı. Desde allí se podía ver todo Göreme y su orografía en su esplendor.

Desde esta cima nos enseñan una de las formas de vivir de los lugareños. Algunos viven de la vid gracias al uso de los excrementos de palomas como abono. Además las características de las casa-cueva, hacen de ellas buenos frigoríficos para conservar la fruta, pudiendo así hacer buenos zumos y vinos.

Llamativo el árbol lleno de ojos turcos, los cuales se supone te alejan del mal de ojo.

Junto al árbol, los típicos puestecillos de souvenirs para los visitantes. Muy típicos a parte de los ojos turcos, los globos aerostáticos de colores, recreaciones de monedas romanas, objetos forjados en hierro, o incluso figuras de sus famosos bailarines llamados girovagos.

Otra cosa que no pasó indiferente a mis ojos, fue ver el plumaje exagerado en las patas de las gallinas que vagaban a sus anchas. Esto podría indicar que el invierno en la zona no es nada fácil.

Una pequeña parada que hicimos cerca de Uchisar...

Como buenos comerciantes que son los turcos, no podía fallar incluir en su ruta el Museo de la joya. Allí podías ver piezas preciosas de orfebrería, diamantes, piedras preciosas que cambian de color según la luz que les de, y su piedra estrella, la Turquesa. La piedra más importante y explotada en Turquía, de ahí su nombre. Inevitable será que no quieras o te lleves algo de allí y es que la belleza de este arte a mano es sobresaliente. Te enseñarán además una muestra de su pequeño taller.

Una de las partes más divertidas fue la visita al valle de la imaginación. Las formas de las piedras son tan curiosas, que puede que incluso entables una discusión con alguien por ver qué forma tiene aquella que estáis observando.

¿Qué ves?

Unos ven una madre con faldón sosteniendo a su hijo, otros una pareja de bailarines o incluso una mano saliendo del suelo como pidiendo socorro.

¿Y aquí?

¿Ves las focas? incluso puedes ver un tiburón en la figura negra que está más a la derecha.

Una más fácil... o no....

¿Ves a los tres reyes magos de oriente sobre sus camellos?

Hablando de camellos...

Os dejo uno último, el más difícil... Algunos ven una virgen sosteniendo a su hijo en brazos, otros un águila o buitre posado con las alas recogidas, o ¿será sin más un puro consumiéndose? Es el valle de la imaginación, así que ¿tú qué ves?

La verdad es que estos paisajes dan para mucho, siendo así la delicia e inspiración de fotógrafos, camarógrafos, pintores y cualquiera al que le guste el arte y darle el gusto a la vista.

Tras este Valle de la imaginación, nos dirigimos a otro de los mejores lugares de la Capadocia, el Valle de Pasabag. Otro lugar donde sin duda te deleitarás y asombrarás por su orografía.

Le llaman también el Valle de las hadas debido a que las formaciones rocosas parecen hongos, de tal forma que parece que vas caminando entre setas cual hada. Aunque a mí sinceramente, me parecen percebes jajajajaja.

En alguna de estas formaciones se refugiaba gente mientras vivían de los viñedos que cultivaban al rededor.

Como en cualquier zona turística, siempre hay algún tipo de "atracción" que realizar. En este lugar puedes montar en caballo, camello o dromedario.

A continuación nos dirigimos a otro de los sitios interesantes de la zona. Esta vez no sería sobre la superficie, si no que el interés radicaba justo debajo del suelo. Desde el tiempo de los Hititas, se empezaron a crear cuevas estilo cavernícolas para protegerse de los invasores que rondaran la zona. Allí podría vivir un poblado entero gracias a su diseño donde incluso podían meter sus animales domésticos y víveres recogidos. De esta forma podían pasar largas temporadas a cubierto en el subsuelo. Fue muy útil durante el tiempo de invasiones árabes, si estos conseguían acceder a la cueva los lugareños hacían uso de sus propios sistemas de seguridad. Uno de ellos consistía en el ataque a cubierto, si los árabes descendían las primeras escaleras, estos eran atacados por unas lanzas que salían de unos pequeños agujeros hechos en la pared. Al otro lado se encontraban los turcos atacando con dichas lanzas. Su segundo sistema y más infalible era una pesada y enorme piedra redonda que bloqueaba la entrada a modo de puerta. Sólo se podía abrir la puerta desde dentro. Una segunda puerta se encontraba en la habitación principal donde vivía la familia más importante del poblado.

Si queréis saber un poco más podéis pinchar aquí y saber un poco más sobre la ciudad subterránea de Derinkuyu.

De camino a Göreme hicimos una parada en una pequeña aldea prácticamente deshabitada. El lugar recordaba a aquellas películas de la época de Jesucristo ambientadas en Israel debido a su arquitectura.

Allí había una pequeña tienda familiar que vendía muchas cosas echas a mano por las mujeres de la familia. Además vendían réplicas de monedas antiguas de un realismo impresionante. Me hubiera traído alguna pero aún regateando, costaban lo suyo...

Uno de los sitios imprescindibles a ir si te gustan las manualidades y la seda, es el Museo de la Alfombra. Te enseñarán primero cómo se realizan los telares y podrás ver a la gente que trabaja en ellos. Con suerte, podrás aportar tu pequeño granito de arena tejiendo algún hilo de alguna alfombra.

Luego te darán un pequeño paseo por su exposición donde podrás admirar una infinidad de obras de arte.

Al final te meterán en un salón donde varias personas te mostrarán a modo de exhibición los diferentes tipos y variedades de alfombras mientras te tomas un té. Te dejan libremente que las veas y las toques por si te interesaría comprar alguna. Además te advierten de que hacen envíos internacionales para tu comodidad.

Aquí realicé bastantes fotos y vídeos porque el arte y la imaginación de los turcos es digno de destacar. Impresionante era la suavidad de la seda, los hilos de oro y las alfombras que cambian de tonalidad según la posición desde donde las observes.

Y hasta aquí nuestro paseo por la Capadocia, próxima parada Sao Miguel, la isla más grande del archipiélago de las Azores en Portugal y a casi 5.200km del cetro de la Anatolia.

Espero que sigas viajando con Alane ;)

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