top of page

Tallin

  • Foto del escritor: Natalia Hermoso Martínez
    Natalia Hermoso Martínez
  • 18 mar 2017
  • 5 Min. de lectura

Buenas de nuevo amigos!!


En el anterior blog viajamos a Viljandi una pequeña ciudad a unos 80km de Tartu y a unos 160 de nuestro destino de hoy, Tallin. Esta ciudad es la capital de Estonia y en sus 160km² tiene 430.000 habitantes.


Cogimos un autobús desde Tartu el cual no nos salió nada caro. Durante el viaje me comuniqué por Skype con mis padres gracias al wifi libre del autobús y disfruté además del paisaje del país.

Tras bajar en la estación de autobuses nos pusimos a andar por la carretera principal Tallin-Tartu-Vöru-Luhamaa. Allí fue donde empezamos a ver rascacielos y edificios empresariales modernos. Encontramos por primera vez centros comerciales grandes y esto ya nos hacía ver que estábamos en una ciudad actualizada y con vida empresarial. Nuestros días anteriores habíamos estado viviendo entre tranquilidad y naturaleza, y ahora pisábamos calles más parecidas a nuestro Madrid pero sin superpoblación ni exceso de malos humos.

Entramos en uno de los centros comerciales para dar una vuelta y encontrar un sitio donde tomarnos algo y coger energías para conocer la ciudad.

Terminamos de recorrer la calle hasta acercarnos al comienzo del Casco histórico de la capital de Estonia. Entramos por la calle Viru y allí ya empezamos a introducirnos en una época más antigua. Andando por su calle empedrada vimos comercios y restaurantes bien incrustados y mimetizados con el entorno. Todos los edificios estaban hechos de piedra y junto a ellos nos daba la bienvenida al Old town la Puerta de Viru. Esto consistía en dos torreones de Rapunzzel aún más bellos por las enredaderas que los abrazan. Junto a cada torre dos puertas de arcos apuntados nos invitan a seguir paseando por sus calles.

Como en cualquier gran ciudad encontramos numerosas marcas pero como en cualquier casco antiguo, los edificios tiene que mantener su esencia durante siglos, así que hasta McDonnald's tiene que mantener la fachada antigua.

Los edificios impecables, coloridos y preciosos. Gracias a su belleza y a las innumerables terrazas de bares y restaurantes, dan gran vida al centro de Tallin el cual se llena de Estonios y sobretodo de extranjeros.

Alzamos la mirada hacia delante y como guiados por un faro en la oscuridad, seguimos la calle hasta acercarnos a la torre del ayuntamiento de Tallin.

Una vez llegamos a la plaza del ayuntamiento, pudimos contemplar su edificio construido entre los s.XIV-XV lo que hacen de este edificio ser el único ayuntamiento gótico del norte de Europa. Parte del edificio se destruyó en un bombardeo en 1944 pero se volvió a reconstruir en el 1950.

Su torre mide 64m. y está rematada por una veleta que representa a un viejo guerrero. Esta imagen se convertiría en el símbolo de la ciudad.

Por sus calles medievales encontramos escenas curiosas como el hecho de que te pueda servir una mesera medieval o una vendedora de artesanías de la época.

Desde la plaza tiramos por una de sus calles, una llamada Dunkri y continuamos por Rüütli donde nos encontramos con la Iglesia-Museo de San Nicolás de cuyo edificio destaca su torre del s.XIII. Maravillosa es la plaza donde se sitúa dicha iglesia.


Nos metimos por una de sus calles perpendiculares y a través de un pasillo muy medieval, acabamos en la calle Pikk jalg. Tiramos hacia la izquierda para poder ver de cerca la majestuosa catedral de Alexander Nevski, la cual nos hace ver la influencia rusa en el país. Esta catedral ortodoxa se construyó entre 1894 y 1900 y posee la cúpula más grande de todas las catedrales ortodoxas. Los estonios quisieron destruirla en 1924 ya que era un símbolo de la dominación rusa pero tras la independencia en 1991 dejaron de lado la idea y además la restauraron. Un hecho que dice mucho del carácter estonio.

Junto a la catedral nos encontramos su parlamento de color rosado y tras este la Torre Pikk Herman. En dicha torre del s.XIV y de casi 46m es donde se iza la bandera del país cada día al amanecer y se desciende al ocaso, siempre con el himno de Estonia de fondo.

Volvimos unos metros hacia atrás y seguimos callejeando hasta llegar a la calle Kohtu. Allí se sitúa la bonita embajada de Finlandia y al final de la calle nos pudimos asomar a una terraza donde la gente puede divisar parte de Tallin. Allí nos hicimos una foto donde imitamos a una de nuestras compañeras de universidad la cual estuvo allí haciendo una de nuestras poses.

Como no nos fue suficiente, seguimos callejeando hasta encontrar otro alto donde ver el otro lado de la ciudad. Este sitio se sitúa junto al edificio del Gobierno de la República de Estonia.

Desde allí descendimos hasta los pies de la muralla donde salimos de la antigua fortaleza.


Al otro lado del muro pudimos observar asombrados cómo saben utilizar bien sus espacios libres para crear museos y arte en cada esquina. Fue de lo más bonito y curioso que pudimos ver en Tallin.


Después de ver este rincón de arte, volvimos a sumergirnos en las calles del centro antes de dejarlo definitivamente para irnos a casa de unos amigos de Triinu y Germán.

Si echas de menos el estilo español para comer, siempre te quedará un pequeño bar llamado "Tapas", para que te sientas como en casa.


Nos dirigimos hacia la casa de unos estonios que iban a celebrar una fiesta de despedida para uno de ellos. El chico se iba a estudiar un máster a Finlandia así que montaron una fiesta en el jardín de su chalet. Un jardín bonito que invitaba a hacer una y mil fiestas. Pasamos una bonita velada donde tratamos de hacer amigos aunque los entendiésemos a medias.

De camino a aquella casa pude observar el mar donde había varios barcos antiguos de madera los cuales invitaban a montarte en ellos para recorrer el Báltico.

Al día siguiente fuimos al parque Kadriorg nuestra última parada en Tallin. Este parque de 100 hectáreas es fundamental verlo para visitar el palacio residencial. El palacio que alberga la casa del Presidente de la República fue construido en el s.XVIII. Además el edifico alberga un museo de pinturas alemanas, holandesas e italianas de los siglos XVII-XVIII, así como de rusas y chinas del s.XV.

En la zona también está el Museo de Arte Moderno (KUMU) el cual alberga la mayor colección de arte de los países bálticos.

Curiosidades del lugar:

Estonia es un país bastante llano, tanto que su montaña más alta no llega a los 400m de altura.

En la plaza del ayuntamiento de Tallin se encuentra la farmacia más antigua de Europa. En esa misma plaza si te fijas en los adoquines del suelo, hay dos que hacen forma de L. Justo en ese punto ocurrió la única ejecución. Decapitaron a un cura por haber matado con un hacha a una sirvienta de una taberna.

Su patriotismo es llamativo, calles llenas de banderas así como el himno que suena cada día en la torre Pikk Herman. Aún así a pesar de sus constantes invasiones mantienen el respeto por otras culturas.

La fiesta en la que estuvimos no era la típica desfasada española donde corre el alcohol, la música te ensordece y la gente se desarma al ritmo del Reggaeton. Allí nada más llegar nos recibieron con aperitivos de lo más sano, nada de fritos ni comida basura, si no rodajas de zanahorias, pepinos, tomates, aceitunas... La música bastante suave y de ambiente para favorecer así lo importante, el diálogo entre personas.


Quiero dar especiales gracias a mis compañeros de viaje, Patri, Javi y sobretodo a Germán por montarnos este gran viaje, por darme ganas de seguir viajando y de aprender estonio. Suerte en tu vida de cantante aventurero!


Y hasta aquí nuestro viaje por Estonia. Próxima parada Amberes en Bélgica a 1500km de Tallin.

Espero que sigas viajando con Alane ;)


Commentaires


Entradas destacadas
Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
bottom of page